Alguna vez has pensado en lo corta que es la vida, cuando acordamos el tiempo ha pasado tan rápido y decimos como me ha dicho mi mamá "hace poco tenía 15". Y cuando tenemos la oportunidad de reflexionar y ver hacia atrás nos damos cuenta de como desperdiciamos el tiempo en cosas que no valen la pena, como bien lo diría Salomón "pasamos corriendo tras el viento" y descuidamos lo que es de verdadero valor.
Vanidad de vanidades dice Salomón, otra versión lo menciona como "que absurda es la vida". Pues claro que es absurda, miremos las paradojas de nuestro tiempo: Queremos casas más grandes, pero tenemos familias más chicas. Trabajamos por tener una gran casa, en la que no pasamos. Gastamos más y pero no tenemos tiempo para disfrutar. Hemos multiplicado nuestras posiciones, pero reducido nuestros valores. Luchamos por la limpieza y el cuidado del medio ambiente, pero andamos un interior sucio. Nos endeudamos por posesiones, y no dormimos por causa de esas deudas.
¿Que provecho saca el hombre de tanto afanarse? (Ec. 1:3), es una buena pregunta, porque nos afanamos tanto.
- Por vanagloria, para jactarnos de lo bien que hacemos algo, de lo preparado que somos, de lo bien que nos va.
- Por ambición, pues no nos conformamos con lo que tenemos, siempre queremos más, aunque eso implique no tener tiempo para disfrutar lo que tenemos.
- Por búsqueda de reconocimiento, casi pagamos porque nos honren, no hemos entendido que la verdadera honra viene de Dios y no de hombres que muchas veces solo buscan quedar bien con nosotros para aprovecharse.
- Porque desde esa plataforma vemos de menos a los demás.
Creemos que estamos haciendo cosas grandiosas en el trabajo y nos dedicamos tanto a eso, pero el proverbista dice no hay nada nuevo (v.9), la gente nos olvidará (v. 11). Esa es la realidad, ahora la gente le saluda, le llama, le adula, mañana no tendrán memoria de usted.
¿Donde entonces debemos invertirnos, que es lo que realmente importa?, Es su Familia, es su esposo, son sus hijos, eso es lo más importante. Invertirnos en ellos, en formarles, en dejarles el precioso legado de amar a Dios con todo su corazón, alma y fuerzas, a valorar la vida y lo que realmente importa en ella.
Disfrute la vida, el trabajo se hizo para vivir y no la vida para trabajar, tener ese enfoque es perder la perspectiva de Dios, no se enoje por tonterías, dedique tiempo a lo que realmente vale. Haga su parte, pero no trate de hacerle el trabajo a Dios, deposite su confianza en El y sepa que El es Dios, todopoderoso al control de todo.
Le invito a seguir este blog y a sumarse a tener su devocional diario con el libro de Eclesiastés. Dios le bendiga.
Definitivamente eres una gran escritora y Dios ha puesto todo ese en don en tí para que nos hagas entender. Muchas bendiciones y sigue así!
ResponderEliminarGracias Ruth, El Señor bendiga tu vida, estos son los devocionales que hago a diario y que he decidido compartir con otras personas. La Gloria es para el Señor, es El quien nos da la palabra.
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