Cuantos conflictos se generan hoy por razón de herencias, escuchamos historias de hijos que mataron a sus padres para quedarse con lo que ellos trabajaron, o hermanos que matan a sus hermanos por acaparar toda la heredad o padres despojados con trampas de sus posesiones por sus hijos. Y es que como bien lo señala Salomón en Eclesiastés 2:12-26, trabajamos mucho y lo que tenemos se lo dejamos a personas que no sabemos si serán sabias o no.
Cuando pensamos en herencia pensamos en posesiones o en riqueza material, muchos padres se esfuerzan y aún ni duermen pensando en como dejar algo a sus hijos cuando mueran. La reflexión de Salomón al respecto es "dejamos cosas a gente que nunca movió un dedo...esto es un mal enorme".
Pues en el afán de dejar una herencia material, o en el deseo de dejar a nuestros hijos además como herencia una buena educación, es decir educación bilingue, trabajamos y trabajamos para que sepan otro idioma, que estén en una escuela reconocida, pero descuidamos la formación. Es decir que les heredamos conocimiento pero no les fomentamos la formación del carácter.
En medio de una sociedad carente de valores, donde la vida no se respeta, y donde no robar es ser tonto, será necesario meditar en aquello que de verdad vale la pena heredar. ¿Cual debe ser nuestro legado?
- Heredemos valores y principios basados en la Escritura (nos referimos a enseñar sobre la importancia de la honradez, el trabajo, la integridad el respeto), no debemos pretender que porque nosotros somos honrados, nuestros hijos son honrados, debemos dedicar tiempo a enseñarles estos valores, muchos de los corruptos de los que escuchamos en los medios son hijos de gente que es honrada, pero que descuidó la formación de sus hijos.
- Heredemos la perspectiva correcta del uso del dinero. "Raiz de todos los males, es el amor al dinero". El problema de endeudamiento de la nación es solo el reflejo del problema de endeudamiento en una mayoría de los hogares del pais. Gente que ambiciona y no precisamente para compartir o hacer el bien, si no para derrochar. Necesitamos de una nueva generación de personas que aprenden sobre el buen uso del dinero, que entienden que más bienaventurado es dar que recibir, que no pactan para que sus deudas sean pagadas, si no que se esfuerzan por cumplir con los compromisos asumidos.
- Heredemos amor a Dios, con un modelo de vida que refleja este amor, no en público, si no en privado donde nadie nos ve más que nuestra propia familia. Heredemos el reflejo de Cristo en nuestras propias vidas, un modelo que no necesite hablar.
- Enseñemos sobre las prioridades correctas de la vida, no traslademos cargas a nuestros hijos producto de no tener en claro cuales deben ser las prioridades correctas.
- Herede aprender a disfrutar de la vida, con las dificultades que trae la vida misma, con las complicaciones que surgen, pero enseñeles que hay una sola vida, que es corta y por lo tanto hay que saber vivirla y también disfrutarla.
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