Pero la Biblia nos anima a pensar diferente, el sabio Salomón en Eclesiastés nos insta lo siguiente: "Nunca digas: ¿Cual es la causa de que los tiempos pasados fueron mejores que estos? Porque nunca de esto preguntarás con sabiduría.". Esto me recuerda al pueblo de Israel, Dios lo había sacado de Egipto, los había puesto en libertad y los llevaba a una tierra mejor, pero ellos seguían añorando el pasado.
¿Porque añorar el pasado?, acaso el mismo Dios que hizo maravillas en el pasado no puede hacer aún mejor todas las cosas en el presente y en lo que viene. Pero al aferrarnos al pasado, solo servimos de obstáculo para que el plan de Dios avance, porque en el Señor siempre hay esperanza y por lo tanto lo mejor siempre está por venir.
Alabo a Dios porque lo mejor para mi familia está por venir, porque lo mejor del llamado que El nos hizo está por venir, porque con solo una familia y una iglesia que se disponga a hacer la diferencia, entonces aún podemos pensar que lo mejor para esta nación está por venir.
Para que lo mejor suceda es necesario permitir a Dios que actúe en nosotros, si nos cambia a nosotros, entonces cambiará nuestra familia, si cambia nuestra familia puede cambiar la ciudad, si cambia la ciudad puede cambiar la nación y con un cambio en la nación podemos cambiar el mundo.
Todo comienza permitiendo a Dios obrar en nuestra vida, cerrando los oídos a todo aquello que no viene de Dios y viendo únicamente al Invisible, y así, claro que tenemos la seguridad en el Señor que hemos comenzado una nueva etapa, pues lo mejor para nosotros está por venir. ¡Gloria a Dios! por esta confianza que ha puesto en nuestro corazón.
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