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miércoles, 8 de octubre de 2014

Lo que Realmente Importa

Alguna vez has pensado en lo corta que es la vida, cuando acordamos el tiempo ha pasado tan rápido y decimos como me ha dicho mi mamá  "hace poco tenía 15".  Y cuando tenemos la oportunidad de reflexionar y ver hacia atrás nos damos cuenta de como desperdiciamos el tiempo en cosas que no valen la pena, como bien lo diría Salomón "pasamos corriendo tras el viento" y descuidamos lo que es de verdadero valor.

Vanidad de vanidades dice Salomón, otra versión lo menciona como "que absurda es la vida".  Pues claro que es absurda, miremos las paradojas de nuestro tiempo:  Queremos casas más grandes, pero tenemos familias más chicas. Trabajamos por tener una gran casa, en la que no pasamos. Gastamos más y pero no tenemos tiempo para disfrutar. Hemos multiplicado nuestras posiciones, pero reducido nuestros valores.  Luchamos por la limpieza y el cuidado del medio ambiente, pero andamos un interior sucio.  Nos endeudamos por posesiones, y no dormimos por causa de esas deudas.

¿Que provecho saca el hombre de tanto afanarse? (Ec. 1:3), es una buena pregunta, porque nos afanamos tanto.
  • Por vanagloria, para jactarnos de lo bien que hacemos algo, de lo preparado que somos, de lo bien que nos va.
  • Por ambición, pues no nos conformamos con lo que tenemos, siempre queremos más, aunque eso implique no tener tiempo para disfrutar lo que tenemos.
  • Por búsqueda de reconocimiento, casi pagamos porque nos honren, no hemos entendido que la verdadera honra viene de Dios y no de hombres que muchas veces solo buscan quedar bien con nosotros para aprovecharse.
  • Porque desde esa plataforma vemos de menos a los demás.
Mucho afán pero nunca nos saciamos con lo que tenemos, dos trabajos y poco tiempo en familia, pero eso si un buen televisor para que ellos vean sus programas favoritos en nuestra ausencia.  Niños deformados por la empleada, por la tele, por el Ipod, por el Ipad.  El rico quiere más, el poderoso quiere más y también el que no tiene mucho quiere más.  No hay contentamiento.

Creemos que estamos haciendo cosas grandiosas en el trabajo y nos dedicamos tanto a eso, pero el proverbista dice no hay nada nuevo (v.9), la gente nos olvidará (v. 11).  Esa es la realidad, ahora la gente le saluda, le llama, le adula, mañana no tendrán memoria de usted.

¿Donde entonces debemos invertirnos, que es lo que realmente importa?, Es su Familia, es su esposo, son sus hijos, eso es lo más importante.  Invertirnos en ellos, en formarles, en dejarles el precioso legado de amar a Dios con todo su corazón, alma y fuerzas, a valorar la vida y lo que realmente importa en ella.

Disfrute la vida, el trabajo se hizo para vivir y no la vida para trabajar, tener ese enfoque es perder la perspectiva de Dios, no se enoje por tonterías, dedique tiempo a lo que realmente vale.  Haga su parte, pero no trate de hacerle el trabajo a Dios, deposite su confianza en El y sepa que El es Dios, todopoderoso al control de todo.

Le invito a seguir este blog y a sumarse a tener su devocional diario con el libro de Eclesiastés.  Dios le bendiga.

lunes, 25 de noviembre de 2013

Jesús, la Razón de la Navidad

 

"Porque de tal manera, amó Dios al mundo, que dio a su único hijo..." Sn Juan 3:16a

Se cuenta de una mujer que caminaba con su hijo -un recién nacido- entre sus brazos.  Cuando esta mujer iba pasando por una casa aparentemente en ruinas, escuchó una voz que venía de adentro de la casa que le decía, "entra, toma todo lo que quieras, pero no olvides lo más importante".  Con curiosidad la mujer entró a la casa, observó que había mucho desorden y que habían unas gradas para un segundo piso.  Al subir al segundo piso, se sorprendió al ver una gran cantidad de joyas por todos lados y nuevamente escuchó la voz que le decía "entra, toma todo lo que quieras, pero no olvides lo más importante", esta misma voz dijo que tenía únicamente diez minutos y que cuando saliera la puerta se iba a cerrar y no la podría abrir.  Ante esta oportunidad, la mujer colocó al bebé en una silla y comenzó a tomar todo lo que podía, metiendo todo en un saco de tela.  De pronto empezó a escuchar que la voz le indicaba que solo quedaban unos pocos minutos, la mujer desesperada, seguía tomando todo lo que podía y cuando solo quedaban unos segundos, corrió hacia la puerta, la cual finalizado el tiempo se cerró.  En ese momento la mujer recordó que había dejado su bebé -lo más importante- dentro de la casa.

Es interesante como esta anécdota me hace pensar en lo que ocurre usualmente en la navidad, nos preocupamos por los tamales, las torrejas, los regalos, el árbol, la cena, la ropa, los adornos y tantas cosas más que olvidamos lo más importante, la razón de la celebración.  La navidad es una fiesta, claro que sí, pero la razón de la fiesta es Jesús, recordar que vino a la tierra a darnos vida y vida en abundancia.  Celebrarlo a El y aprovechar la celebración para compartir su amor y su bondad es una oportunidad que no podemos dejar pasar.

Será que por estar entre las ofertas, descuentos, el viernes negro y aún las muchas actividades en las que nos involucramos, nos olvidamos de celebrar verdaderamente a Jesús.  En medio de tantas cosas, no olvidemos lo más importante, transmitamos esta importante noticia a nuestra familia, aprovechemos esta fiesta, como lo hacían los judíos para compartir a nuestras familias, vecinos y conocidos, la fidelidad y el amor de Dios, demostrado al enviar a Jesús para dar su vida por nosotros.

¡Al mundo paz, nació Jesús, nació ya nuestro Rey, ya es feliz, el pecador, Jesús perdón le da, Jesús perdón le da, Jesús, Jesús, perdón le da!.  Amén.

martes, 19 de noviembre de 2013

Un Altar de Gratitud a Dios en el Hogar


Cuando veo  los incidentes feos que se dan en las familias, pienso en lo fácil que resulta que estos incidentes queden grabados en la memoria de nuestros hijos y que impacten negativamente sus vidas.  Estos sucesos van desde violencia doméstica, gritos, pleitos, divorcios, y muchas otras acciones que son producto de una vida sin Dios, pues aunque a veces queremos justificar lo malo que hacemos, lo cierto es que Dios no puede estar donde está el pecado, y esto incluye los celos, los pleitos, el irrespeto, la falta de sujeción de la mujer que muchas veces se da justificando la mujer que no se puede sujetar a un hombre que peca o que ha pecado.  Sin embargo lo interesante de esto, es que sin tener la intención les estamos diciendo a nuestros hijos que así son las familias, aunque en palabras les decimos lo contrario, como alguien ha dicho "nuestros hechos, no les dejan escuchar lo que decimos".

Que bueno sería que nuestros hijos puedan tener los mejores recuerdos de su infancia  y de todo el tiempo vivido en familia, que puedan transmitir a sus hijos lo que Dios hizo en su vida y en la de su familia desde su niñez.

Quiero compartirles una idea práctica, que quiero hacer esta semana con mis hijas.  Invite a sus hijos a salir a la calle y recoger una piedra pequeña, todos en la familia deben hacerlo.  Luego que cada uno coloque su nombre y si quiere la fecha, pida a cada uno (incluyendo los padres), que cuente algo que ha pasado en su vida y que es motivo de gratitud a Dios, quizás lo que digan los más pequeños sea algo sencillo.  Todos deben ir colocando su piedra en el mismo lugar (una vasija o recipiente bonito), al final den gracias a Dios en familia por su fidelidad, así se ha construido un pequeño altar de gratitud a Dios.  Así era en el antiguo testamento, el pueblo de Israel levantaba altares a Dios que les recordaban su fidelidad a través de diferentes circunstancias.

Los años podrán pasar, pero seguramente cuando sus hijos se hayan ido y le visiten con sus nietos, ellos podrán preguntar, que es ese montón de piedritas, entonces será el momento de repetir aquella historia que un día fue un motivo para dar gracias a Dios.

Usted puede agregar algo a la piedra que le permita recordar de que se trataba la historia.  También puede hacerlo durante un mes, así habrán más piedras en el altar, más razones para dar gracias y más historias que contar acerca de la fidelidad de Dios.

Amadas hermanas, la iglesia tiene espacios para enseñar a nuestros hijos, pero el primer lugar donde se es llamado a formar a la niñez y a la adolescencia es el hogar, somos los padres los que debemos  vivir, contar y repetir acerca de la fidelidad de Dios en nuestras vidas, haciendo partícipes de ello a nuestros hijos. 

Dios les bendiga abundantemente.

lunes, 11 de noviembre de 2013

Enseñaza Temprana

Siempre que hablo de mis hijas, encuentro a alguien que me dice "aproveche su tiempo con ellas" cuando usted menos se lo imagine, estarán grandes.  Esto me hace recordar, que muchas veces nos distraemos en una diversidad de cosas que nos distraen de lo más importante, nuestra familia.

Estudios sobre educación inicial señalan que la etapa de la primera infancia, es fundamental en la vida de la niñez, es en esta edad donde se estimulan habilidades y destrezas que potenciarán un mejor desarrollo, por lo que es importante invertir en esta etapa de la vida.

En muchos países se anima a los padres a ingresar a sus niños en centros de estimulación temprana, en otros, la participación es obligatoria.  Sin embargo, la casa continúa siendo una excelente opción para enseñar a los niños a través del juego, de modo que sus habilidades puedan ser desarrolladas.
 
La Biblia es clara respecto a la importancia de enseñar a las personas desde su niñez "Instruye al niño en su camino y aún cuando fuere viejo no se apartará de el".  Esto no se refiere exclusivamente a enseñanza espiritual, también se refiere a enseñanza sobre valores, forma de comportarse.  También se refiere a enseñarle a descubrir sus habilidades.
 
¿Cómo enseñar a los niños en casa?
  • El juego es una forma maravillosa para enseñar a los niños, ¿a quien no le gusta el juego?.  A través de el juego podemos enseñarles a contar, a decir buenos días, gracias, por favor.  Juegue con sus hijos y piense en lo que quiere que aprendan mientras lo hace.
  • Cuénteles historias.  Es impresionante como les gusta a los niños los cuentos y las historias.  Generalmente tengo la tendencia de contar historias a mis hijas antes de dormir o mientras manejo.  Les cuento una historia de la Biblia, les leo un cuento o invento una historia donde ellas son protagonistas.  A través de las historias ellos agilizan la memoria, pueden contestar las diferentes preguntas que les hago y además su vocabulario se va ampliando, narrando en otras ocasiones la historia que escucharon.
  • Música: Cantar y hacer señas relacionadas a la música que se canta, es otra forma de enseñar.  A mis hijas les gusta cantar, hacemos las señas mientras cantamos y aprovecho para contar una historia cantada.  Es interesante lo mucho que se aprende cantando, puedo escuchar una historia narrada después, que  es la repetición de la canción.  A cantar se ha dicho.
  • Aproveche los oficios domésticos para enseñarles.  Siempre se piensa que un niño está demasiado pequeño para ayudar, pero si usted les asigna tareas sencillas ellos irán aprendiendo.  Recoger los zapatos y colocarlos en su lugar,  colocar los cubiertos en su lugar, lavar la loza (para los más grandecitos), recoger sus juguetes, ordenar la mesa luego de las comidas, son algunas de las tareas que ayudan a los niños a sentirse parte de la familia, además de reconocerles sus habilidades y su motivación de querer apoyar.
  • Caminar es otra actividad que nos ayuda a enseñarles.  Una caminata nos acerca como familia, nos ayuda a enseñarles sobre la naturaleza, los animales, el cuidado del medio ambiente, sobre el poder de Dios y muchos temas interesantes, de una forma amena y sencilla. 
Estas son algunas de las ideas que podemos planificar para enseñar a nuestros hijos en edades tempranas,  nunca menosprecie la capacidad de los niños para aprender indistintamente de su edad, es por eso que usted no debe de dejar de enviarlo a sus clases de escuela dominical aún cuando piense que es muy pequeño.  En realidad, nunca se es demasiado joven, ni demasiado viejo, cuando se trata de aprender.