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viernes, 10 de octubre de 2014

La Mejor Herencia

El corazón del hombre genera muchos proyectos, pero al final se cumplen los designios del Señor. Pr.19:21

Cuantos conflictos se generan hoy por razón de herencias, escuchamos historias de hijos que mataron a sus padres para quedarse con lo que ellos trabajaron, o hermanos que matan a sus hermanos por acaparar toda la heredad o padres despojados con trampas de sus posesiones por sus hijos.  Y es que como bien lo señala Salomón en Eclesiastés 2:12-26, trabajamos mucho y lo que tenemos se lo dejamos a personas que no sabemos si serán sabias o no.

Cuando pensamos en herencia pensamos en posesiones o en riqueza material, muchos padres se esfuerzan y aún ni duermen pensando en como dejar algo a sus hijos cuando mueran.  La reflexión de Salomón al respecto es "dejamos cosas a gente que nunca movió un dedo...esto es un mal enorme".

Pues en el afán de dejar una herencia material, o en el deseo de dejar a nuestros hijos además como herencia una buena educación, es decir educación bilingue, trabajamos y trabajamos para que sepan otro idioma, que estén en una escuela reconocida, pero descuidamos la formación.  Es decir que les heredamos conocimiento pero no les fomentamos la formación del carácter.

En medio de una sociedad carente de valores, donde la vida no se respeta, y donde no robar es ser tonto, será necesario meditar en aquello que de verdad vale la pena heredar.  ¿Cual debe ser nuestro legado?

  • Heredemos valores y principios basados en la Escritura (nos referimos a enseñar sobre la importancia de la honradez, el trabajo, la integridad el respeto), no debemos pretender que porque nosotros somos honrados, nuestros hijos son honrados, debemos dedicar tiempo a enseñarles estos valores, muchos de los corruptos de los que escuchamos en los medios son hijos de gente que es honrada, pero que descuidó la formación de sus hijos.
  • Heredemos la perspectiva correcta del uso del dinero.  "Raiz de todos los males, es el amor al dinero".  El problema de endeudamiento de la nación es solo el reflejo del problema de endeudamiento en una mayoría de los hogares del pais.  Gente que ambiciona y no precisamente para compartir o hacer el bien, si no para derrochar.  Necesitamos de una nueva generación de personas que aprenden sobre el buen uso del dinero, que entienden que más bienaventurado es dar que recibir, que no pactan para que sus deudas sean pagadas, si no que se esfuerzan por cumplir con los compromisos asumidos.
  • Heredemos amor a Dios, con un modelo de vida que refleja este amor, no en público, si no en privado donde nadie nos ve más que nuestra propia familia.  Heredemos el reflejo de Cristo en nuestras propias vidas, un modelo que no necesite hablar.
  • Enseñemos sobre las prioridades correctas de la vida, no traslademos cargas a nuestros hijos producto de no tener en claro cuales deben ser las prioridades correctas.  
  • Herede aprender a disfrutar de la vida, con las dificultades que trae la vida misma, con las complicaciones que surgen, pero enseñeles que hay una sola vida, que es corta y por lo tanto hay que saber vivirla y también disfrutarla.
Esta herencia valdrá más que las posiciones materiales, y si se enfoca en esto y además deja herencia material, entonces podrá estar confiado de que sus hijos honrarán su herencia aún cuando no les costó, pues los valores que formó en ellos les harán tener el carácter necesario para vivir integramente la vida, es decir vivirla bien.

martes, 16 de septiembre de 2014

Un corazón enseñable

Aférrate a la instrucción, no la dejes escapar; cuídala bien, que ella es tu vida.  Pr. 4: 13

 Resulta dificil para los adultos pensar que aun hay mucho que aprender en la vida y que necesitamos tener un corazón enseñable, que acepta el consejo, o más bien que lo busca para evitar equivocarse, a esto se le llama buscar la sabiduría y es el tema central del libro de Proverbios.  Yo recalcaba anoche esto a Lissa mientras tenía con ella el devocional, la importancia de escuchar el consejo de nuestros padres y obedecerlo y no dejarse llevar por la corriente de los que hacen el mal.

Pero creo que es más facil para los niños y lo adolescentes escuchar el consejo, porque los adultos pensamos que nos la sabemos todas, pero en realidad terminamos equivocándonos más que los niños.  Escuchar el consejo, ser enseñables, ¿para que?, para que nos vaya bien.  Esta es otra enseñanza que puedo sacar en el libro de Ester, una mujer que escuchó el consejo de su tio Mardoqueo y de Jegay el cuidador de las doncellas.

Ambos hombres, le aconsejaron sobre lo que ella debía hacer si deseaba ganar el corazón del rey, por un lado su tio le pidió no hablar de su orígen y Jegay le aconsejó sobre el vestuario que debía usar.  En ambos casos, Ester dispuso su corazón a obedecer el consejo y producto de ello obtuvo buenos resultados, fué escogida por el rey y coronada como reina.

Cuantas veces siendo adultas no buscamos el consejo de otras personas más experimentadas, y cuantas veces siendo mujeres mayores no tratamos de aconsejar a las mujeres más jóvenes, solo les señalamos sus faltas sin tratar de orientarlas.

Un consejo a tiempo nos evita equivocaciones, un corazón enseñable sabe que es necesario aprender aún cuando tenemos años de experiencia en algunas cosas.  Nosotras como esposas y madres, necesitamos siempre ser enseñadas.  En el camino del matrimonio perdemos muchas batallas porque no sabemos como tratar algunos asuntos y es bueno  tener el oído dispuesto para escuchar el consejo, sobre todo cuando es respaldado por la Biblia.

Mi consejo, escuche a sus padres aún si es una mujer adulta, busque una mentora que le quiera y esté dispuesta a guiar, alguien prudente que no divulgue sus asuntos, antes de actuar frente a una situación busque el consejo, a veces actuamos primero y el consejo llega tarde.

Ester logró su meta y trascendió en su impacto a una nación, nosotras podemos lograr nuestras metas e impactar a una nación si estamos dispuestos a obedecer primero el consejo de la Palabra y los consejos de otros que con sabiduría y temor del Señor hablan.