Este blog pretende ayudarte en tu caminar en Cristo, no porque lo sepamos todo, o porque seamos perfectas, mas bien porque nuestros errores y aciertos pueden ayudar a otros.
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jueves, 16 de octubre de 2014
Contentas con lo que Dios nos dió
Me encanta cuando Pablo nos habla de lo que hoy se conoce como la ley del contentamiento, es decir estar alegre en la abundancia y alegre en la escacez, pues la vida tiene facetas donde estamos bien económicante y otras donde hay dificultades, pero el nos señala que se debe tener contentamiento cuando se está en cualquiera de estas etapas.
Generalmente las personas en esta sociedad consumista nunca están contentas con lo que tienen, si tienen un celular, desean otro mejor; compraron una Dell, pero quieren una Apple, tienen casa, pero les gusta más la del vecino, nunca se está contento y mucho menos agradecido por lo que se tiene.
En este afán de tener más y ser mejores o procurar el mejor estado, muchos permiten que el descontento entre en sus vidas, dejan de ver las bendiciones y las bondades dadas por Dios y comienzan a querer lo que otro tiene, aspirando aún la vida de otros y se contaminan con la envidia.
También de la envidia nos habla Salomón, señalando "Vi además que tanto el afán como el éxito en la vida despiertan envidias. Y también esto es absurdo; ¡es correr tras el viento!" Ecl. 4:4. Es absurdo vivir en función del éxito o fracaso ajeno, esto es dejar de vivir y perder el gozo por causa de la vida que nos tocó vivir.
Si vemos en dirección de los más ricos o los que parecen estar mejor que nosotros, seguramente perderemos la perspectiva correcta, es decir, la conciencia de que somos bendecidos pues Dios nos permite mucho más que a la gran mayoría , además no deberíamos pretender que el éxito se centra únicamente en la riqueza o un buen puesto, quizás si entráramos a esas casas que anhelamos nos daríamos cuenta de que dentro de ellas hay más sufrimiento que alegría, enfermedad y no salud, depresión y pleito; quizás estas familias tienen el producto de una vida que lo único que hizo fué acumular riqueza.
Contrario a esto, vale la pena saber que hay muchos que han aprendido a contentarse con lo poco, esto no es conformismo, es estar seguros de que haciendo lo mejor que se puede hacer y dando lo mejor para esta vida, aún no tocó una vida de ostentisidad, pero si una vida de paz, de amor, de verdadera comunión con la familia, donde la lucha de uno es la lucha de todos.
Por otro lado, valdrá la pena ver en dirección de los que tienen menos que nosotros, los que comen una vez al día, mientras usted tiene 3 tiempos asegurados todos los días del año; afanados por comprar un celular de último modelo, mientras en algunos lugares mueren porque no tienen acceso a un centro de salud con lo mínimo.
Amigas, no permitamos que el mal del descontento nos invada y traiga en nosotros envía y anhelo por lo que no hemos podido tener, tengamos un corazón agradecido por lo que ya Dios nos dió y dispongámonos a compartir con otros que tienen menos. Un corazón contento y agradecido es lo que busca Dios en nosotros.
martes, 14 de octubre de 2014
Haz el Bien sin Mirar a Quien
No nos cansemos de hacer el bien, porque si no nos cansamos a su tiempo segaremos. Gal. 6:9
Cuantos de los dichos que escuchamos de nuestros abuelos o padres están basados en la Biblia, aunque vale la pena aclarar que no es siempre el caso. Quizás usted recuerde aquel dicho de haz el bien, sin mirar a quien; esto es muy relacionado con la invitación que Salomón nos hace en Eclesiastés 3:12, "Yo sé que nada hay mejor para el hombre que alegrarse y hacer el bien mientras viva".
Este pensamiento es muy contradictorio a la filosofía del mundo actual, pues la mayoría desean hacer el bien solo a los que les hacen bien a ellos, y vengarse de los que les hacen mal, pero igual se nos enseña que no hay mayor sacrificio en amar a los que nos hacen bien, el sacrificio está en amar a los que nos dañan o que procuran nuestro mal.
La petición de hacer el bien siempre puede no ser fácil, pero sin duda hacerlo traerá bienestar a quien actúe así. La Biblia también nos enseña que "todo lo que el hombre sembrare, eso también segará", si uno siembra bien, segará bienestar; y si siembra maldad para otros, no será de extrañarse que esa maldad se traducirá en maldición para el que lo procure alcanzando esta maldad también a su familia.
Amadas, estamos en este mundo, pero no somos de este mundo, somos ciudadanas del reino y como tal debemos vivir. No se trata de ser tonto, se trata de entender que si alguien nos hace mal, no debemos meternos en pleito contra esa persona, pero si saber que hay una batalla espiritual que librar y vestidos de la armadura de Dios, podemos ganar esa batalla.
Bendecid a los que os maldicen, amad a vuestros enemigos, no se cansen de hacer el bien son frases reiteradas en la Biblia, se nos invita a procurar el bienestar de los demás, pues si no nos cansamos a su tiempo segaremos.
En un tiempo donde la maldad es el actuar diario de muchos, dispongamonos a hacer el bien, Dios dará a cada quien su recompensa. Mantengámonos firmes en la fe, escudriñemos la escrituras y vivamos una vida de oración, si estamos cerca de Dios, tendremos fuerzas para hacer el bien, sin mirar a quien, pero además podremos responder con valentía las asechanzas del enemigo, pues si Dios es con nosotros ¿quien contra nosotros?, además mayor es el que está en nosotros que el que está en el mundo.
Dios les bendiga
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