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viernes, 4 de septiembre de 2015

El puede hacer lo que nosotros no podemos

"si se humilla mi pueblo sobre el cual es invocado mi nombre, y oran, buscan mi rostro y se vuelven de sus malos caminos, entonces yo oiré desde los cielos, perdonaré su pecado y sanaré su tierra." 2 Crónicas 7:14

Creo que la mayoría de personas tenemos la tendencia de caer en la monotonía de la vida, y esa monotonía se lleva a la vida espiritual, a nuestra supuesta "relación con Dios", que muchas veces no es más que religiosidad.

¿Que hace que tengamos una experiencia diferente cada día?, es estar en su presencia, porque cuando buscamos a Dios, su majestad, el verle como el Todopoderoso, el Gran Yo Soy, hace que lo imposible se vuelva posible, que lo natural se vuelva sobrenatural.

No hablo de cosas complejas, hablo de pequeños pero a su vez grandes desafíos que en lo natural por si solos nos cuesta lograr, acaso no nos resulta difícil perdonar y amar a ciertas personas, pero cuando salimos de estar en su presencia, algo ocurre y se nos hace más facil, en verdad podemos decidir amar a otros. O cuando te enfrentas a una situación dificil, vas donde Dios y oras, entonces Dios actúa y te quedas maravillado de como obra.

Ayer en una reunión con mi equipo de escuela dominical, orabamos y eramos desafiados a hacer más, mucho más de lo que hasta ahora hemos hecho, y hablamos de una situación con ciertos niños necesitados, y hoy me maravillo de como obra Dios, como El es poderoso,   hoy me entró un mensaje de respuesta fiel para ayudar a los niños.  Cuando soñamos los sueños de Dios, el actúa sobrenaturalmente para mostrarnos que es el mismo de ayer, el obra de manera que nos sorprendemos.

Estamos en una nación injusta, corrupta, violenta, malvada, que se ha olvidado de Dios, esta nación y el mundo entero le ha sacado de sus hogares, de sus escuelas y de sus vidas, pero Dios sueña con una nación justa, que ama, que vive en paz, que hace el bien, donde el mal de uno es el de todos y donde todos procuramos el bien de los demás. ¿Podemos soñar el sueño de Dios?, porque no es la luz de las antorchas que cambiará esta nación, es la luz de Cristo, si marcháramos menos y oraramos más, si clamaramos por lluvia, por un avivamiento, por el derramiento de su Espíritu con poder, entonces el oirá desde los cielos y sanará esta tierra. Con esto no pretendo herir susceptibilidades de los que marchan, pero los que conocen de Cristo, son soldados que pelean la batalla diferente, de rodillas, evangelizando, procurando la justicia, poniéndose la armadura de Dios.  

Jesús estuvo en la tierra, en ese entonces el imperio romano era muy parecido a lo que tenemos hoy día, injusto, enriqueciéndose unos y cargando con impuestos a los pobres, pero Jesús no se volvió contra el imperio, el se dedicó a anunciar a Dios, a ser luz y hacer discipulos

Amados, soñemos el sueño de Dios, clamemos por ese sueño y esperemos sin desmayar porque el responde al que le busca, El es el gran Yo Soy.

Les animo a adorar a nuestro Dios cada día, porque el es Dios eterno, incomparable y digno de recibir toda gloria y alabanza, Aleluya!

https://www.youtube.com/watch?v=Wx7bI3yDoVk


lunes, 5 de enero de 2015

No olvides ninguno de sus beneficios

Alaba, alma mía, al Señor, y no olvides ninguno de sus beneficios.  Salmo 103:2

La historia siempre nos deja lecciones de vida y razones por las cuales mantener un corazón agradecido al Señor.  Cuando miro hacia atrás en mi propia vida, puedo recordar mi infancia, con algunas situaciones dolorosas, pero también puedo entrever la mano de Dios durante todo ese tiempo, reconociendo que El estuvo allí siempre, veo personas que Dios puso en determinados momentos para guiarme, animarme y llevarme a sus caminos.

La Biblia nos enseña que "El es quien rescata del hoyo nuestra vida", y este es suficiente motivo para no olvidar ninguno de sus beneficios, así que si vemos hacia atrás debe ser para mantener un corazón agradecido pero sabiendo que en el presente y en el futuro aún veremos más claramente la gloria de Dios.

Somos muy dados para olvidar, o para creer que lo bueno que nos pasa es por lo buenos e inteligentes que somos.  Si no nos asaltan o secuestran, le atribuimos esto a que tenemos buenos guardaespaldas o que somos más listos que los delincuentes.  Si tenemos un buen trabajo, es porque somos muy capaces y merecemos ese trabajo.  Pero la verdad que todo esto es producto de los beneficios que Dios nos da, no es porque lo merecemos, es simplemente por que nos ama. "El amor del Señor es eterno y siempre está con los que le temen" Slm 103: 17.

Podemos comenzar esta semana con palabras de adoración al Señor, bendígale, y diga a su alma, alaba, alma mía al Señor y no olvides ninguno de sus beneficios.

viernes, 7 de noviembre de 2014

Una Familia Especial

"Por esta causa también yo, habiendo oído de vuestra fe en el Señor Jesús y de vuestro amor para con todos los santos, no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones" - Efesios 1:15-16-
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Es muy común escuchar hermosos discursos acerca de las personas cuando mueren, se habla de sus virtudes, de las buenas acciones que hicieron y de como van a hacer falta; pero ¿porque esperar hasta la muerte?, acaso no deberíamos mostrar nuestro afecto y agradecimiento a las personas mientras están en vida, hacerlo fortalece las relaciones, además es bueno reconocer el bien recibido de los demás y ser agradecido.

El agradecer es un valor que se ha ido perdiendo, pareciera que no solo a la nueva generación se le ha olvidado decir gracias, la mayoría de las personas actúan como que el mundo estuviera obligado a hacerle bien y ayudarle, sin pensar que a veces ni siquiera merecemos los favores, así que por lo menos deberíamos tener una actitud de gratitud. Esto no es algo nuevo, Jesús mismo sanó en una ocasión a 10 personas y de estos solo uno regreso para agradecerle.  

El Apóstol Pablo había desarrollado esa actitud, tenía una familia en la fe y sabía que estos trabajaban por la obra, así que daba gracias a Dios por la familia de la fe, pero también les manifestaba su agradecimiento a ellos; eso lo podemos observar al inicio de cada carta que el escribía, siempre les manifestaba su agradecimiento por la obra que realizaban, pues así le apoyaban ministerialmente, además les agradecía el cuidado y la atención que tenían para el, cuando le hospedaban, le alimentaban y le servían con amor, reconociendo su apostolado y llamado.

¿A quienes tienes que agradecer, a tus padres, amigos, hermanos en la fe, familia, personas que conoces y que en determinado momento han hecho un bien para ti?, piensa un poco y quizás tendrías una lista interminable de personas a quien agradecer. Aprovechando la tecnología que ahora tenemos y las miles de formas para comunicarnos sería bueno que envíes un mensaje a una o dos personas a quien Dios puso para bendecirte.  Dios es bueno y no solo nos bendice directamente, también pone a otros para bendecirnos.

Yo doy gracias por mi familia y por la familia de la fe, gracias por las colaboradoras cercanas que son además mis amigas, con quienes he llorado, reído, soñado y también me he enojado.  Agradezco a las que me levantan los brazos en oración, las que me animan y las que aún han salido de sus trabajos para venir y poner su brazo para alentarme, Dios me ha bendecido al ponerlas en mi camino.  ¡Gracias!

Actividad en Familia
Los abuelos son usualmente generosos y cariñosos con sus nietos, así que una buena actividad para este día podría ser pedirles a tus hijos que los llamen o que les envíen un mensajito solo para decir gracias.  Un día ellos no estarán, no dejemos que pasen desapercibidos los buenos tiempos que se pasan con ellos.









miércoles, 22 de octubre de 2014

Hagas lo que Hagas, Hazlo con Excelencia

Nunca fue uno de mis talentos cocinar, y como no era una pasión cada vez que me tocaba cocinar lo hacía apresuradamente y por lo tanto las cosas no me salían como esperaba que quedaran.  Así nos acostumbramos a hacer muchas cosas, rápido, con prisa y mal hechas; justificándonos en que no somos buenos para ello, pero sin poner nuestro mejor esfuerzo para hacer las cosas bien.

La Escritura también tiene un consejo para esto y creo que aunque hoy escuchamos hablar de calidad total, la Biblia tenía esta propuesta desde hacía mucho tiempo, nos invita a hacer lo que nos toca con esfuerzo y empeño, es decir, hacerlo bien.

"Y todo lo que esté en tu mano hacer, hazlo con todo empeño" Ecl. 9:10a.  

¿Cuantas cosas hacemos mediocremente, cuantas cosas las hacemos solo para cumplir con el compromiso, pero mal hechas? , particularmente me fijo en el voluntariado, en como aceptamos apoyar la obra en la iglesia pero con mediocridad, hacemos bien aquello por lo que nos pagan económicamente, pero hacemos mal lo que ofrecemos voluntariamente.

Dios es un Dios de excelencia, lo muestra aún en los detalles que se describen cuando se establece el tabernáculo y la construcción del templo, a El no le gusta cualquier cosa, El espera que lo que hagamos, lo hagamos bien, sea en la iglesia, en la casa o en el trabajo.

A veces nos gusta tener nuestra casa bien arreglada, bien decorada, bien pintada y tenemos el templo de cualquier forma, no me refiero a lujos, pero un lugar que no está remachado o pensado de cualquier forma.  Igual con el servicio que prestamos, debemos estar concientes que trabajamos para el Señor, y lo poco que se nos ha puesto en las manos, necesitamos aprender a ser fieles y hacerlo bien.

¿Que sucede con el trabajo?, también allí somos llamados a hacer bien las cosas, los cristianos deberíamos esforzarnos por ser los mejores empleados, con el debido equilibrio que esto implica.

¿En la casa?, pues allí también necesitamos esforzarnos, para agradar a nuestro esposo, para que nuestros hijos recuerden el mejor lugar, su casa.  

Hoy he ampliado el menú de mi casa, me encanta preparar algunos platillos diferentes y disfruto de ordenar la mesa, decorarla y hacer que los tiempos de comida que pasamos juntos con mi familia sean placenteros para todos, no solo por el ambiente pero también porque comemos rico.

Chicas, hagamos todo lo que Dios puso en nuestras manos con empeño, disfrutemos hacerlo, cuantas cosas hace Dios a través del esfuerzo que ponemos en agradarle, la obediencia tiene frutos y buenos frutos.