"Les daré un corazón que me conozca" Jeremías 24:7
Todos sabemos que el corazón es un órgano vital, cuando este se detiene de manera fulminante, entonces también se termina la vida.
Pero el corazón no solo es de vital importancia para la vida física, también lo es para la vida espiritual. Al respecto la Biblia nos enseña que "de el mana la vida", también nos dice que "de lo que hay en el corazón habla la boca", en otros casos nos advierte en "no confiar en el corazón, pues es engañoso más que todas las cosas". Así que sin duda la sanidad de nuestro corazón juega un papel muy importante si es que de verdad anhelamos tener una vida espiritual sana y próspera, que agrade a Dios.
En una lectura que hacía, me encontré con el versículo con el que comencé esta nota "Les daré un corazón que me conozca", y pensé, ¿Cuál es el corazón que muestra que hemos conocido a Jesús", les comparto mis respuestas:
1. Un corazón perdonador: difícil perdonar, eso lo se bien, creo que es el aguijón de muchas de nosotras. Nos cuesta perdonar al esposo y a cualquier persona de las que nos sentimos dañadas. Sin embargo Dios nos llama a perdonar, pues de lo contrario el no va a perdonarnos. Un corazón que no perdona se dedica a hospedar otros sentimientos dañinos, hospedamos el enojo, la amargura, el resentimiento y cuando menos lo esperamos, nos volvemos personas indeseables, pues nadie quiere estar con personas amargadas. Esto no se trata de si tenemos razón de sentirnos ofendidos, se trata de mostrar el amor que Cristo nos mostró a nosotros, pues sin merecerlo nos amó; así debemos amar a otros, que sin merecerlo necesitan ser amados.
2. Un corazón agradecido: La mayoría de la gente olvida agradecer, y debo decir que no se trata de dar para que nos agradezcan; se trata de reconocer aún los detalles más pequeños que Dios tiene para nosotros a través de otros y entonces no olvidar decir gracias. Nosotros somos personas privilegiadas, tenemos lo que necesitamos y aún más de lo que necesitamos, esto sin duda nos debe recordar la importancia de agradecer a Dios y a las personas por tenernos en su mente y en su corazón con pequeños y grandes detalles.
3. Un corazón que da: En una cultura donde nos acostumbramos a recibir de todo mundo, nos olvidamos de dar, dar de nuestro tiempo, dar un abrazo, dar un plato de comida, dar un regalo, dar dinero. Siempre hay alguien con quien podemos compartir, tengamos los ojos de Jesús, veamos a nuestro alrededor y dispongámonos a dar.
4. Un corazón que ama: Que fácil se escucha amar, pero la realidad es que es difícil, pero lo que he descubierto es que cuando más cerca estoy de Jesús, más fácil resulta amar. El amor es la mayor expresión de la presencia del Espíritu Santo en nuestra vida, si amamos perdonamos, damos, agradecemos, somos bondadosos, estamos gozosos, tenemos paz, nos volvemos pacientes y manifestamos los frutos del Espíritu en nuestra vida.
No se como está su vida, pero observe algunas cosas: Trae de manera continúa a la memoria lo malo que otros le hicieron, se encuentra muchas veces hablando mal de otros (su esposo, su vecino, su iglesia, su pastor), no ha logrado perdonar asuntos del pasado, se siente infeliz y no logra ver todas las bendiciones de Dios aún en medio de las dificultades. Entonces sin duda es necesario ir delante de nuestro padre y rogar que "ponga en nosotros un corazón limpio, y renueve un espíritu recto dentro de nosotros", usted necesita sanidad en su corazón, sin un corazón sano, tampoco hay santidad, y sin santidad nadie verá al Señor.
Le pido a Dios que nos ayude como mujeres para tener un corazón que manifiesta haber conocido al Señor, oro por mi vida y por mis luchas, también por las de ustedes, para que la falta de perdón, la amargura y el resentimiento no sean el impedimento para vivir la vida abundante que Dios quiere que vivamos. Que tengamos un corazón conforme el corazón de Dios.
Padre bueno, te doy gracias por tu amor y por tu fidelidad, porque no nos has pagado conforme nuestros pecados y rebeliones, nos has mostrado tu gracia y nos has abrazado con amor eterno, mira hoy nuestro corazón, mira si hay en el falta de perdón, rencor, resentimiento, culpa, egoísmo y cualquier otra cosa que no te agrade, Señor limpia nuestro corazón, renuévalo, sánalo, restáuralo, dale vida, ayúdanos a mantenerlo sano, pon en el amor para todos, que minimicemos las faltas de los demás y aprendamos a amarles. Oramos para que tu Espíritu Santo nos llene, que seamos su morada y que demos frutos dignos de arrepentimiento, entregamos nuestra mente a ti, para que tomes control de ella y confesamos que llevamos cautivo todo pensamiento a la obediencia de Cristo, de tal manera que no recordemos más asuntos del pasado. Te pedimos todo en el nombre de Jesucristo. Amen.
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