Usualmente los jueves salgo temprano para acompañar a mi esposo a una reunión, rara vez dejo de asistir, lo hago únicamente cuando estoy fuera de la ciudad. Sin embargo, hoy sentí la necesidad de quedarme en casa y disfrutar de un tiempo de adoración al Señor y de lectura de su Palabra, y en verdad estoy agradecida con Dios por haberme hecho decidir entre lo bueno, lo mejor.
Un versículo muy conocido fue mi lectura, de hecho creo que todo el mundo sabe este versículo, "amad a vuestros enemigos, orad por los que os persiguen", pero aunque lo sabemos la verdad es que Dios puso en mi reflexión, como los que deberíamos tener este estilo de vida, es decir, su iglesia, en realidad hemos perdido el camino. Si, hemos perdido el camino, vemos al enemigo incorrecto, ¿porque?, porque andamos en la carne y quien anda en la carne ve las situaciones de la misma forma. No hemos entendido que vivimos en un mundo espiritual, que hay un enemigo real que busca destruir, robar y hurtar. Es ese que no desea que la obra del Señor avance, el que nos hace perder el tiempo en tonterías, peleando por pequeñeces, por un logo, por un libro, por el color de pintura, por un cargo, discutiendo entre los que nos llamamos la gran Familia de Dios, los santos.
Nehemías entendía esto muy bien, cuando llegaron Sambalat y Tobías a decirle que habían unos que andaban hablando de el, no se detuvo a escuchar comentarios y mentiras, entendía que había sido llamado a levantar el muro, sabía que la tarea que tenía era más apremiante que habladurías, así que sencillamente ignoró los comentarios y continuó con la tarea.
"Mirad cuan bueno y cuan delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía", un gran desafío, en medio de gobiernos que viven en conflicto mundial, familias que se destruyen porque no pueden dialogar, vecinos que no pueden vivir el uno al lado del otro, y la iglesia la cual es conocedora del estilo de vida que debe vivir un ciudadano del reino de Dios, entre pleitos equivocando el camino y equivocando al enemigo.
Amar al que no nos ama, tarea difícil, pero Dios honra al que le obedece; y recordar que el verdadero enemigo no es la hermana de la iglesia, su nombre es Satanás y tiene un ejercito que trabaja día y noche para ponernos unos contra otros, nos tiene perdiendo el tiempo de modo que la tarea de presentar el evangelio a los perdidos no se realiza porque los llamados a hacerlo estamos en conflicto entre nosotros.
El que desea seguir a Cristo debe tomar su cruz, la cruz significa soportar mentiras, amar al que le hace mal, responderle con bien, y procurar la paz. Dios honra la obediencia, y quienes decidamos por la paz para construir los muros de una obra en ruinas seguramente tendremos una recompensa.
¿Quien es su enemigo?, no es su familia, no es su vecino, no es el hermano de la iglesia. Estamos en una guerra contra Satanás, pero debe saber que Cristo nos dió la victoria en la cruz, por lo tanto no habremos de atemorizarnos, mayor es el que está en nosotros que el que está en el mundo. No pierda el rumbo, estamos en esta vida para agradar y obedecer a Dios, hacer esto nos costará pero el Señor dará un día a cada quien su galardón.
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