¿Alguna vez te has descubierto pensando que eres una perdedora o que no vales nada?, ¿Te has sentido señalada y acusada?. Es interesante la manera que tenemos los seres humanos de ver a los demás o vernos a nosotros mismos, generalmente vemos lo que a simple vista se ve, o vemos con ojos prejuiciados sin darnos la oportunidad de conocer a las personas.
Pero Dios ve más allá de lo exterior, es por esto que escogió a David como rey de Israel, el no tenía la estatura, no tenía el porte, no tenía la experiencia, pero tenía el corazón. Dios no nos ve como somos, nos ve como podemos llegar a ser guiados por el. Cuando el Señor se acercó a Gedeón, aunque este era un hombre temeroso, el Señor le llamó "varón esforzado y valiente", eso era lo que Dios miraba en el, algo que ni siquiera Gedeón sabía que podía llegar a ser.
Satanás trata de que siempre tengamos una imagen distorsionada de nosotros mismos y usa a las personas de tal manera que nos sintamos rechazados, heridos, señalados, algunos llegan a tener una baja autoestima producto de esa imagen distorsionada. Sin embargo, la Biblia nos enseña que fuimos formadas a la imagen y semejanza de Dios, no somos cualquier cosa, no somos menos ni más que nadie, no valemos por lo que otros dicen, no importa si nos señalan o nos denigran, Cristo pagó el precio por nosotros en la cruz, valemos su sangre y con ello nos ha dado salvación, nos ha redimido del pecado y nos permite disfrutar de las victorias que ya nos ha dado.
Así que a partir de ahora, no se sienta derrotada, debemos caminar con la frente en alto, creyendo al Señor y no a Satanás, somos
más que victoriosos, por medio de aquel que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable.
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