"Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia y todo lo demás será añadido" Mt. 6:33
Estoy leyendo un buen libro para mujeres, a través del cual Dios me ha recordado las prioridades que debo tener, las cuales con los afanes del día cambiamos, y producto de ello terminamos metidas en algunos líos.
Por supuesto que todos los que creemos en Dios decimos que Dios es nuestra prioridad, decimos esto solo porque vamos a la iglesia, pero la realidad es que Dios no es la iglesia, involucrarme en mil de cosas en la iglesia solo hace que nos fatiguemos y que descuidemos otros aspectos que van antes de la iglesia y entre esto que descuidamos está nuestra misma relación con Dios. Acaso no es cierto que terminamos cansadas en el día, producto de tener que responsabilizarnos de mil cosas, tan cansadas que no tenemos fuerzas ni para orar, y cuando oramos nos dormimos orando.
Muy bien hace Jesús al enfatizar que debemos buscar primero el reino de Dios y su justicia, esto no se logra por whatsapp, por facebook o a través de un curso virtual, se trata de disponer concientemente de un tiempo a solas con Dios, El y yo, para que yo le cuente, le hable, llore y para que El me conteste, me escuche, me diga y me muestre su amor. Jesús debe ser nuestro amigo, donde depositamos nuestros temores, cargas y luchas, pero también nuestras ilusiones, sueños y metas. Cuando esto sucede, entonces lo demás viene por añadidura.
Debo confesar que muchas veces he comenzado mal, no voy a Jesús, tomo mis decisiones sin consultarle, arrebatadamente actúo y como resultado me va mal. En realidad la cosa es al revés, se trata de buscar a Dios primero, entre más tiempo pasamos con El mas nos parecemos a El, pero no como personas religiosas que por fuera parecen y por dentro no son, más bien que Dios actúa dentro de nosotros, en nuestro corazón y a partir de allí podemos tener buenas actitudes, buenas acciones, el carácter de Cristo.
A las personas nos cuesta aprender, sabemos estas cosas y actuamos contrario a lo que sabemos, pero no debemos desanimarnos, procuremos estar en menos cosas y enfoquemonos en lo que de verdad vale la pena. He decidido seguir a Cristo, no vuelvo atrás, no vuelvo atrás.
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