Hace algunos años se inició un programa televisivo, a través del cual se animaba a personas con elevado nivel de peso, a ejercitarse y alimentarse sanamente de tal manera que lograran perder peso y así aumentar la posibilidad de más años de vida, eran llamados a perder si querían ganar.
Esta misma filosofía de vida es la que se promueve en el reino de Dios, donde la dinámica es contrario a los lineamientos que este mundo enseña. Y es que nadie quiere perder, todos deseamos sentirnos aunque sea una vez ganadores, queremos ganar el mundial como nación, queremos ganar el primer lugar en las notas y eso traducido a cosas del día a día sería, ganar una discusión, ganar un buen trabajo, ganar, ganar, ganar.
Sin embargo la Biblia nos enseña una teología opuesta, si su enemigo le aborrece, entonces debe amarle; si te pega en una mejilla, entonces pon la otra; si te maldice, entonces bendícelo. Difícil tarea la que se nos pide, pero cuando nos decidimos a obedecer, sin duda podemos experimentar el gozo de hacer el bien a los que nos hacen mal. Dios nos permite crecer en tolerancia, amor, misericordia y bondad, el mismo sentimiento que El nos expresa a nosotros, quienes sin merecerlo hemos recibido de el sus favores y misericordias, solo por gracia.
Pues que diré, no nos cansemos de hacer el bien (mucho más a los que nos hacen el mal), pues si no nos cansamos a su tiempo segaremos. Amigas, seamos selectivas en nuestras batallas, a veces tener paz es mejor que tener la razón.